Jueves, 16 de May de 2024

  • Para no romper sus acuerdos con bancos y acreedores

Por órdenes de JDO la SEFIPLAN omitió información en estados financieros

  • Les instruía ocultar los déficits presupuestarios del gobierno
Miércoles, 17 Abril 2019
  • Por:  Rebeca Solano

Antonio Tarek Abdala, ex tesorero del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa,  dijo que por órdenes del ex mandatario la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) de Veracruz omitió información en los estados financieros para no romper sus acuerdos con bancos y acreedores.

Reveló que el entonces gobernador les instruía ocultar los déficits presupuestarios del gobierno y, en su lugar, reportar ahorros netos.

Tarek Abdala,  testigo colaborador de la Fiscalía General de la República (FGR), aseguró que el entonces gobernador Javier “N” les instruía ocultar los déficits presupuestarios del gobierno y, en su lugar, reportar ahorros netos: "En la cuenta pública consolidada del año 2011 se había establecido que existía un ahorro neto del ejercicio que ascendía a dos mil 699 millones 141 mil 7 pesos, cuando en realidad existía un déficit presupuestario de aproximadamente 12 mil millones de pesos anuales".

"Este número es un aproximado, pues existían compromisos económicos mayores a los ingresos estatales por mil millones de pesos cada mes. De conformidad con instrucciones giradas por el propio Gobernador, este déficit no podía ser reflejado en la Cuenta Pública o en los estados financieros porque rompería acuerdos con bancos y convenios con acreedores de la bursatilización".

Con la publicación de un acuerdo en la gaceta oficial del estado, el 19 de diciembre de 2011, recordó que Javier “N” institucionalizó el uso de recursos federales para el gasto corriente, lo cual ayudó a manejar las finanzas estatales pero se prestó para desviar dinero, lo cual ocasionó que la Sefiplan empleara dos tipos de cuentas bancarias: por un lado, las llamadas "específicas" o las que legalmente deben abrirse para recibir los fondos federales, y por otro las "concentradoras" o "licuadoras", abiertas por órdenes del mandatario.

"Entonces, cuando llegaba un fondo federal etiquetado a una cuenta específica, se enviaba el recurso obtenido a la cuenta concentradora, para posteriormente ser transferido a las instituciones, fondos, programas, secretarías o realmente caprichos del gobernador, ya que se hacía lo que él quería, esa es la verdad".

 

 

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