El agua es un recurso vital para la vida humana y para el desarrollo de las sociedades. Sin embargo, el agua se encuentra cada vez más amenazada por el cambio climático, la sobreexplotación, la contaminación y el desperdicio. Según un informe del World Resources Institute (WRI), al menos 25 países y una cuarta parte de la población mundial sufren un estrés hídrico extremadamente alto, lo que significa que consumen casi la totalidad de su suministro anual de agua. Además, alrededor de 4,000 millones de personas experimentan escasez de agua durante al menos un mes al año. Estos son algunos de los países que se enfrentan a una grave crisis hídrica, y que podrían quedarse sin agua en el futuro si no se toman medidas urgentes. 

Oriente Medio y África del Norte 

Esta región es la más afectada por el estrés hídrico, debido a su clima árido, su crecimiento demográfico, su dependencia de la agricultura y su inestabilidad política. De los 17 países con estrés hídrico extremadamente alto, 12 se encuentran en esta zona. Entre ellos, destacan Bahrein, Chipre, Kuwait, Líbano, Omán y Qatar, que ocupan los primeros lugares del ranking mundial. Estos países tienen un bajo suministro de agua frente a una alta demanda para su uso doméstico, agrícola e industrial. La escasez de agua en esta región no solo pone en riesgo la seguridad alimentaria, energética y sanitaria de sus habitantes, sino que también puede generar conflictos sociales y geopolíticos por el control y el acceso al recurso. 

India 

India es el segundo país más poblado del mundo, con más de 1,300 millones de habitantes, y el tercero con mayor estrés hídrico. Según el WRI, el 54% de la población india vive con un estrés hídrico alto o extremadamente alto, y el 75% de los hogares no tiene acceso a agua potable. La situación se agrava por la contaminación, la falta de infraestructura, la mala gestión y la desigualdad en la distribución del agua. Además, India es uno de los países más vulnerables al cambio climático, que provoca sequías, inundaciones, deshielo de glaciares y aumento del nivel del mar. Se estima que para 2030, la demanda de agua en India superará el suministro en un 50%, lo que podría provocar una crisis humanitaria y ambiental sin precedentes.

México 

México es el país latinoamericano con mayor estrés hídrico, ocupando el puesto 24 a nivel mundial. Según el WRI, el 67% de la población mexicana vive con un estrés hídrico alto o extremadamente alto, y el 14% de los municipios tiene problemas de abastecimiento de agua. La escasez de agua en México se debe a varios factores, como la variabilidad climática, la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación de los ríos y lagos, el desperdicio y las fugas en la red hidráulica, y la falta de una política integral de gestión del agua. Además, el agua se distribuye de forma desigual entre las regiones, los sectores y los grupos sociales, lo que genera inequidad, pobreza y conflictos. Se prevé que para 2050, el estrés hídrico en México se incremente en un 40%, lo que podría afectar la salud, la economía y la seguridad de sus habitantes.

Soluciones posibles 

Ante esta situación, se hace necesario buscar soluciones que garanticen el acceso al agua para todos, y que preserven la calidad y la cantidad del recurso para las generaciones futuras. Algunas de las medidas que se pueden implementar son: 

- Promover el uso eficiente y racional del agua, evitando el desperdicio y el consumo excesivo, y fomentando el ahorro y el reciclaje. 

- Mejorar la infraestructura y la tecnología para el aprovechamiento, el tratamiento y la distribución del agua, reduciendo las pérdidas y las fugas, y aumentando la capacidad de almacenamiento y de desalinización. 

- Proteger y restaurar los ecosistemas que proveen y regulan el agua, como los bosques, los humedales, los ríos y los acuíferos, evitando su degradación y su contaminación. 

- Fortalecer la gobernabilidad y la gestión del agua, estableciendo marcos legales, institucionales y financieros que garanticen el derecho humano al agua, y que promuevan la participación, la transparencia, la rendición de cuentas y la cooperación entre los actores involucrados.  

El agua es un recurso vital que debemos cuidar y compartir. La acción responsable y solidaria es fundamental para garantizar su disponibilidad y su sostenibilidad, y para evitar que se convierta en un motivo de conflicto y de sufrimiento. El agua es vida, y depende de nosotros preservarla.

Por: Las noticias en México