La situación actual de la candidata zacatecana refleja un descontrol evidente, carente de dirección y rodeada de individuos sin experiencia en procesos electorales. Recurre al apoyo de figuras como Javier Duarte y al oponente tradicional de los Yunes azules, Francisco Vicente, alias "El Chuletas", con la intención de contrarrestar la campaña en su contra. A través de correos electrónicos enviados a periodistas en Veracruz, busca transmitir la idea de que las acusaciones por corrupción no la afectan y de que los veracruzanos la respaldan.

El peso de las acusaciones en su contra no debe subestimarse. Si se materializa la investigación que se está preparando por el derroche de fondos de Dos Bocas y los actos de corrupción al desviar dinero público, las consecuencias serán graves.

Durante su visita a Coatzacoalcos, Andrés Manuel López Obrador intentó mitigar las acusaciones en su contra. Es evidente que, en este punto, ha comprendido que la imposición de la candidatura zacatecana a la gubernatura de Veracruz fue un error. Sin embargo, ya no puede dar marcha atrás. Ahora debe defenderla, al igual que a Cuitláhuac García Jiménez, ya que ambos cumplieron con la cuota de desvío de recursos a sus cuentas. Obrador es consciente del riesgo que enfrenta Veracruz y de que para Morena, el estado representa una oportunidad más para continuar sus prácticas corruptas.

La ambición de Obrador los está llevando a su propia ruina, así como a la de la zacatecana Rocío Nahle y a Cuitláhuac García Jiménez. Ambos saben que enfrentarán un destino similar al de Carlos Imaz, exesposo de Claudia Sheinbaum, y René Bejarano. Nahle se verá obligada a responder por el derroche de fondos de Dos Bocas, mientras que García Jiménez enfrentará las acusaciones por los subejercicios que implicaban devolverle el presupuesto no utilizado a Obrador. A pesar de las necesidades del estado, la seguridad desbordada y las demandas de los niños con cáncer por su tratamiento, el gobernador no mostró interés alguno.

Le decimos a Rocío Nahle que de nada sirve autoengañarse. Nadie en su sano juicio votará por una mujer corrupta, déspota, engreída, soberbia y violenta como ella. Incluso los propios militantes de Morena la rechazan.

Es evidente que tanto ella como su esposo desconocen cómo ocultar sus actos de corrupción. Resulta absurdo que hayan adquirido propiedades que no pueden justificar con sus ingresos como servidores públicos. La incompetencia de su círculo cercano es evidente, incapaz de ayudarla a salir de la crisis política en la que se encuentra. Están más preocupados por no ser expuestos por la oposición que por el bienestar del estado.

Zenyazen Escobar, deberías de poner tus barbas a remojar. Porque tus propiedades, ventas de plazas y hasta lo que desviaste a tus cuentas de la remodelación de la Delegación Regional de Veracruz (te comiste casi seis millones de pesos) y la venta de plazas, con lo que se distinguió tu paso por la Secretaría de Educación Veracruz, no dudes que termines jugando “poliana” con Javier Duarte en el penal.