Lunes, 20 de May de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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*Proyecto clave de 8 mil millones en el Corredor Interoceánico, lejos de arrancar

* Eliezer Sánchez, el operador que empantanó los permisos a la firma brasileña

* Desde el 15 de junio existía una orden de pago por 4 millones 

Una exigencia inédita, pagar 99 millones de pesos por permisos municipales, mantiene en el aire, congelada, la construcción de la terminal portuaria de etano de Braskem en Laguna de Pajaritos.

La cifra descomunal, urdida en el seno de la Dirección de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Coatzacoalcos, frustró el arranque de la obra con la que la firma brasileña almacenará el etano importado, insumo básico para la producción de etileno.

Únicamente por el permiso para construir el tanque criogénico, Braskem debe liquidar 79 millones 520 mil 200 pesos, y por el de excavación y saneo de terreno, 8 millones 547 mil 815.86 pesos.

Ambos son los rubros de mayor cuantía, que disparan el costo del paquete de permisos fijado por la Dirección de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Coatzacoalcos y que frenan la mayor inversión de la iniciativa privada en los últimos años en esta región, del orden de 400 millones de dólares, unos 8 mil millones de pesos y que serviría para detonar el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), proyecto prioritario en la agenda del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La Terminal Química Puerto México, nombre oficial del proyecto, es inversión de la brasileña Braskem, asociada a la firma Advario, una división de la empresa alemana Oiltanking, cuya participación accionaria representa el 50 por ciento de la sociedad.

Advario es una empresa especializada en la construcción de terminales portuarias para el manejo de productos químicos, gases y petroquímicos.

EL CONTRATO LEONINO ENTRE BRASKEM Y FELIPE CALDERÓN

Su objetivo es almacenar el etano que Braskem tiene que importar ante las limitaciones de Petróleos Mexicanos, su otrora principal abastecedor del insumo empleado en la producción de etileno y polietileno, que pagaba a precio preferencial —sólo el 30 por ciento de su valor en el mercado internacional—, cargando a Pemex el costo del transporte e imponiendo penalizaciones excesivas a la petrolera mexicana, producto del contrato ventajoso y “leonino” firmado con el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa, como categorizó el presidente López Obrador.

Una vez almacenado el etano, se le trasladará a través de un ducto de 12 pulgadas de diámetro, a lo largo de 11 kilómetros, hasta su destino final en la planta de Etileno XXI, ubicada en el municipio de Nanchital.

El diferendo con el ayuntamiento de Coatzacoalcos, de extracción morenista, es que mientras a Braskem se le exige el pago de casi 100 millones de pesos por permisos de construcción y conceptos sobre la propiedad del terreno, ex funcionarios de Obras Públicas Municipales advierten que el costo real no debe rebasar los 2 millones de pesos.

Hace cinco meses, el 11 de julio, Braskem anunció oficialmente el proyecto. Arrancaría 11 días después y quedaría concluido a finales de 2024. La Terminal Química Puerto México se asentaría en una extensión de 10 hectáreas y dispondría de un muelle de atraque.

Iniciaría el 22 de julio. Así se concibió… hasta que apareció Eliezer Sánchez Carrillo.

LAS CUENTAS ALEGRES DE ELIEZER

Empleado de tercer nivel, de negro historial cuando fue funcionario en el ayuntamiento de Cosoleacaque, Eliezer Sánchez Carrillo, quien primero se ostentaba como coordinador de Desarrollo Urbano, ahora brazo derecho del titular, Gilberto Velásquez Hernández, es quien torea a la firma brasileña.

En manos de Eliezer Sánchez Carrillo, la terminal de etano no avanzó. Impuso su agenda. Fijó costos superlativos y en consecuencia Braskem se inconformó.

De acuerdo con fuentes de Desarrollo Urbano Municipal, las primeras reuniones entre Eliezer Sánchez y Braskem debieron arrojar resultados inmediatos, ajustando la tasa asignada a cada permiso de obra.

Al conocer el costo de los permisos de construcción y autorizaciones de suelo, fraccionamiento industrial, deslinde, excavación del terreno, saneamiento, construcción de edificio administrativo, subestación eléctrica, taller de mantenimiento, construcción de tanque criogénico, así como la excavación y relleno del terreno por donde correrá el ducto de 12 pulgadas, de la Terminal Química Puerto México a la planta de Etileno, el escenario para Braskem se ensombreció.

Una tarjeta informativa aporta detalles de los conceptos que el funcionario municipal esgrime para “apretar” a Braskem y que suman 99 millones 728 mil 837.42 pesos.

Eliezer Sánchez Carrillo los agrupa en tres bloques: permisos e impuestos sobre la propiedad inmobiliaria; de construcción de la terminal de almacenamiento de etano, y de construcción de ducto de 12 pulgadas para el transporte de etano.

Los que implican una mayor carga para la firma brasileña son: construcción del tanque criogénico, 79 millones 520 mil 200 pesos; excavación y relleno (saneo), 8 millones 547 mil 815.86; uso de suelo, 3 millones 16 mil 876.11; estacionamiento de maniobra, 2 millones 63 mil 878.72; construcción de ducto de 12 pulgadas de etano, un millón 948 mil 244.90; ocupación anual de la vía pública, un millón 186 mil 946.94; excavación y relleno del área por donde correrá el ducto, 828 mil 4.08; subdivisión y/o fraccionamiento industrial, 804 mil 550.30; traslado de dominio, 758 mil 769.65, y deslinde, 502 mil 812.69.

Y la cereza del pastel: por el número oficial, Braskem tendrá que pagar mil 491 pesos.

BRASKEM REALIZÓ UNA CONTRAPROPUESTA Y LA BATEARON

Braskem arguyó que la licencia por concepto de movimiento de tierras (ducto) tendría un costo máximo de 822 mil 31.65 mil pesos. A eso se sumó lo correspondiente a la licencia por la construcción del ducto de 12 pulgadas.

Ante el atraso en el arranque de la obra —cinco meses—, el alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, solicitó informes y determinó agilizar el trámite y que se expidiera el paquete de permisos para la construcción de la Terminal Química Puerto México.

No obstante, otro documento, suscrito por el director de Desarrollo Urbano, Gilberto Velásquez Hernández muestra que la orden de pago por la subdivisión del predio, ubicado en el ex ejido Gavilán, se expidió desde el 15 de junio pasado

Dirigida a la Tesorería Municipal, la orden de pago contemplaba conceptos como subdivisión, registro de plano, inspección, deslinde y alineamiento. En total Braskem tendría que pagar 4 millones 885 mil 700.38 pesos.

Se solicitó a Braskem Idesa un comentario sobre el estado actual del trámite de permisos municipales para iniciar la construcción de la Terminal Química Puerto México y la respuesta fue breve: «estamos en un proceso de análisis de nuestro proyecto con las autoridades locales. Existen diversas actividades en la construcción que requieren revisiones más a detalle».

Cinco meses después, las negociaciones continúan estancadas. Los 2 mil empleos prometidos no cristalizan. Y el proyecto de la terminal de etano no ve la luz.

 

* Contraloría acreditó que Víctor Mendoza Villegas tiene como jefe inmediato a su papá

* Oficialmente es supervisor; en realidad monitorea pago de estimaciones a contratistas

* Continua la investigación por sobornos para adjudicar contratos 

No sólo son los sobornos, la presión a constructores y la manipulación de licitaciones. Arturo Delgadillo Medina y Onésimo Mendoza Flores son investigados por un caso de flagrante nepotismo en la Dirección de Obras Públicas del ayuntamiento de Coatzacoalcos.

El 1 de octubre pasado, Víctor Manuel Mendoza Villegas fue adscrito a la Subdirección de Construcción. Se le confirió el cargo de supervisor aunque realizaba tareas de “analista” en la Subdirección de Presupuestos y Costos, teniendo acceso al flujo de recursos erogados en las obras y consecuentemente a la relación de pagos a contratistas.

Su jefe inmediato, de acuerdo con una investigación interna de la Contraloría Municipal, es su padre, el director de Obras Públicas, Onésimo Mendoza Flores, con quien cierra la pinza.

Su caso constituye una evidencia de nepotismo que transgrede apartados previstos en la Ley Orgánica del Municipio Libre, concretamente el artículo 115, fracción XXI.

La investigación revela que Víctor Manuel Mendoza Villegas inició su relación laboral 1 de octubre y se le dio de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, el 20 de octubre.

Su salario es de 500 pesos diarios. Su ficha laboral es la 56906 y su régimen es de confianza.

Fuentes cercanas al caso, adscritas a las direcciones de Obras Públicas y Desarrollo Urbano, respectivamente, revelaron que la investigación que realiza la Contraloría Municipal se encuentra en su última fase. Sin embargo, el dictamen final no se emite por razones políticas.

Según las fuentes, el resultado es contundente. Onésimo Mendoza habría incurrido en un flagrante acto de nepotismo al haber designado y tener bajo su mando a su hijo, Víctor Manuel Mendoza Villegas.

El rol de Víctor Manuel Mendoza lo describen empleados de Obras Públicas:

“Sin ninguna discreción se está dedicando a recibir las estimaciones junto con las empresas. A lo descarado, ahí delante de todos, las arreglan y hacen cuentas para ver cuánto preestiman, a los ojos de todos y claro está con su respectivo moche”.

Y agregan:

“Sin ningún pudor les pide el 10 por ciento del monto de las estimaciones que serán revisadas y autorizadas por él. Son alrededor de 40 a 50 obras por cerrar”.

DELGADILLO CONSINTIÓ EL NOMBRAMIENTO

La responsabilidad también atañe al director general de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Arturo Delgadillo Medina, al haber consentido ese acto de nepotismo.

El artículo 115 de la Ley Orgánica del Municipio Libre señala expresamente la prohibición a los servidores públicos de nombrar, contratar, promover y beneficiar a familiares.

A la letra, la fracción XXI señala:

“Abstenerse de intervenir o participar indebidamente en la selección, nombramiento, designación, contratación, promoción, suspensión, remoción, cese o sanción de cualquier servidor público, cuando tenga interés personal, familiar o de negocios en el caso, o pueda derivar alguna ventaja o beneficios para él o para las personas a las que se refiere la fracción XXI (su cónyuge o parientes consanguíneos o por afinidad hasta el cuarto grado)”.

DENUNCIA POR SOBORNOS, OBRAS NO ASIGNADAS Y MANIPULACIÓN DE LICITACIONES

A finales de octubre, tanto Delgadillo Medina como el alcalde Amado Cruz Malpica fueron enterados de las irregularidades graves ocurridas en la Dirección de Obras Públicas, a cargo de Onésimo Mendoza Flores, según la denuncia interpuesta por la Sociedad Mexicana de Industriales Transformadores de la Construcción (SMITC) en el sur de Veracruz.

Al mismo Arturo Delgadillo le imputó ofertar contratos a cambio de dinero que recibía uno de sus operadores, el cual no sólo presentó su testimonio sino que lo ratificó ante la Contraloría Municipal.

El operador de Delgadillo Medina precisó que fueron dos cantidades las que trasladó al director general de Obras Públicas. Una por 70 mil pesos y otra por 250 mil, En ambos casos el argumento fue que ese dinero sería para apoyar a personas de colonias que contribuyeron a lograr el triunfo de Morena en la elección municipal, el 1 de junio de 2021.

La SMITC se refiere a diversas presiones a los constructores para liberarles los contratos. Acusó, por ejemplo, que “la empresa que se encuentra ejecutando la obra no es la asignada al contrato”. O sea, una licitación simulada.

Indicó que Onésimo Mendoza exige documentación legal de las empresas, integrarlas al padrón de contratistas “para poder trabajarlas él mismo” y les requiere el token bancario “para poder manejar los recursos asignados”.

En otro punto de la denuncia, SMITC detalló:

“Es lamentable que este tipo de práctica de corrupción se esté llevando a cabo en una secretaría y dirección (Obras Públicas) donde lo principal que debe existir es la transparencia en la asignación, invitación restringida y licitación de obras”.

En respuesta, la Contraloría Municipal inició una investigación interna, realiza el acopio de pruebas, solicita la ratificación de los testimonios y determina responsabilidades.

 

 

Eusebia —Cheva Cortés— quiso cimbrar al Congreso, sacudir a Veracruz, acusar corrupción en la Secretaría de Seguridad y Cuitláhuac la exhibió. La diputada taxista quise negociar. Es chantajista, le espetó el gobernador.

Hechura de Rocío Nahle, la madrina de todas sus trampas, Eusebia Cortés Pérez suele increpar, ser altanera, procaz y majadera, tildar de “ratas” a mujeres priistas y categorizar de “hijos de puta” a Peña Nieto y Videgaray, pero con Cuitláhuac se jodió.

No terminaba de exponer la corrupción que carcome a la Dirección de Transporte, dependiente de la SSP, cuando el aparato de poder la hizo callar.

“Chantajes no”, le recetó Cuitláhuac advirtiendo que la diputada local por Coatzacoalcos tiene placas de taxi, es concesionaria y realizó gestiones ante la Dirección de Transporte que no le han sido aceptadas.

“Si tiene pruebas que las presente”, revira el coordinador de la fracción de Morena en el Congreso de Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín, un antiguo vendedor de automóviles con múltiples denuncias, señalamientos de cobrar y no entregar los autos y demandas en juzgados civiles por pagarés que no quiere saldar.

Y así el conflicto entre la diputada morenista y el gobernador de Veracruz.

Frente al secretario de Seguridad, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, en la glosa del informe de gobierno, Eusebia Cortés había reclamado la extorsión aplicada a taxistas, su gremio; trámites engorrosos que forzaran el “moche”; cobro de hasta de 30 mil pesos por liberar vehículos en los corralones; la duplicidad de permisos en unidades del servicio público; el negocio de las grúas con cobros excesivos y sin control que por meses ha ventilado en el Congreso, y la colusión entre la Fiscalía de Veracruz, Tránsito y los concesionarios de las grúas.

A Zúñiga Bonilla le había descrito la mecánica de la extorsión. Habiendo delegaciones en toda la entidad, son tantos los trámites que terminan acudiendo a Xalapa, capital de Veracruz. Y los trámites no avanzan. Les aplican la aburridora, “para que caiga el afloja todo, como así lo llamamos los taxistas”, pagando para obtener o renovar sus permisos.

Eusebia Cortés sabe de lo que habla. Es taxista aunque nadie la vea frente al volante. O mejor dicho, cuenta con las placas de taxi que le concedió el ex gobernador priista, Javier Duarte de Ochoa, a un grupo de conductores alineados con el Partido de la Revolución Democrática, de las que Cheva se llevó la mayor parte.

Al secretario de Seguridad lo centró:

“Hay taxis con números sobrepuestos en diferentes carros. Qué quiere decir: un número en tres vehículos con permisos, inclusive permisos que ni siquiera son del mismo vehículo. Por decir, un Tsuru lo trae un Spark con el mismo número”.

Zúñiga Bonilla intentó matizar. Hay 20 módulos a lo largo y ancho de Veracruz. Los taxistas no tienen por qué acudir a Xalapa.

Pero Eusebia Cortés lo atajó y activó la bomba: “está siendo engañado”. Y por ahí se fue:

“Muchas Fiscalías parecieran tener complicidad con las grúas y los corralones. No pueden ver un vehículo que esté estacionado por un tiempo, dos o tres horas, porque enseguida la Fiscalía manda y los detiene. Los detiene y de inmediato los mandan al corralón.

“Empiezan a hacer la investigación y se pasan uno, dos, tres… Inclusive pareciera que ya tuvieran una fecha determinada de más o menos 16 días para dar la liberación de tal vehículo porque resulta que el vehículo ni es robado, ni es acusado por ningún delito y ni le dan su carta de liberación. Y ahí viene lo bueno: ir al corralón a sacar ese vehículo. Primero ya está desmantelado, las piezas cambiadas; segundo, el gran costo que esto conlleva. Estamos hablando que por 16 días han cobrado hasta 30 mil pesos por corralón. No entregan factura, no entregan listado de por qué ese costo y uno habla, aquí sea a Transporte, Tránsito o a Seguridad y lo primero que te dicen, son grúas particulares”.

Para los delicados oídos del gobernador, aquello fue un estruendo. La increpó. La descalificó. Le imputó ignorancia, falta de pruebas y chantaje.

“Esos chantajes los hacían los priístas —dijo—, pero la diputada habla así porque tiene placas de taxi. La gente no sabe que la Diputada se ha acercado a la Dirección de Transporte para solicitar acciones, no le han sido aceptadas. Ojalá que si tiene pruebas las presente a la Fiscalía”.

“Chantajes no, yo tengo la moral muy alta —agregó—, a mí no me van acusar que tengo placas de taxi, he dado muestra que cuando hay indicios claro, lo quitamos, aquí no solapamos corrupción. Pero si no sabemos ni quien es el Director, si tienes placas de taxi, eso no es 4T, por favor. Si una representante popular no sabe poner una denuncia, qué nos espera”.

Gómez Cazarín, coordinador de Morena en el Congreso de Veracruz, también embistió a la diputada consentida de Rocío Nahle. “Tampoco se trata de solo alzar la voz y buscar el protagonismo que no nos lleva a nada. Hay que trabajar, pero con pruebas y con mucha certeza”, dijo.

Aquella noche, se difundió una respuesta presuntamente falsa en que Eusebia Cortés imputaba corrupción en el gobierno de Cuitláhuac García, agradecía a Javier Duarte por las placas de taxi recibidas y advertía que informaría del incidente a su jefa política y madrina, la secretaria de Energía del gobierno federal, Rocío Nahle García.

Minutos más tarde, Eusebia Cortés se deslindó del escrito que circulaba en redes sociales.

Entre gitanos no se leen la buenaventura. Se conocen, se huelen, se sienten, se detestan, se rasguñan y luego se lamen las heridas. Así metabolizan sus odios en Morena.

Eusebia Cortés no es mejor que Cuitláhuac García ni Cuitláhuac es mejor que Eusebia.

El gobernador de Veracruz es un sátrapa de marras, delincuente institucional, arbitrario con el inocente y cómplice de la delincuencia. Y un adicto a fabricar delitos y maniobrar para mantener en las cárceles a sus enemigos políticos.

Eusebia es procaz, altanera, superlativamente majadera, sicaria verbal del ex alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, cuando fue regidora, la que hablaba y gritaba, golpeaba en la mesa atajando las propuestas y los reclamos de la oposición.

Siendo taxista sin taxi, en los tiempos del gasolinazo, tomó literalmente la ciudad de Coatzacoalcos, bloqueando camiones y automóviles de servicio público, bajando pasajeros, amenazado a los conductores, cumpliendo las instrucciones del obradorismo locuaz.

Agitadora sin freno, se valió de la protesta para sacarle decenas de concesiones de taxi a Javier Duarte. A la fecha, decenas de quienes la secundaron siguen esperando las placas prometidas.

Cuitláhuac no es mejor. Ardido por el tamaño de la denuncia, quiso apagar el fuego descalificando a la alumna y protegida de Rocío Nahle. Exhibió su ignorancia —“si una representante popular no sabe poner una denuncia, qué nos espera”—. Y la categorizó como chantajista —“se ha acercado a la Dirección de Transporte para solicitar acciones, no le han sido aceptadas. Chantajes no”—.

El reclamo de Eusebia es justo pero políticamente incorrecto. Cuitláhuac García es pieza clave en el proyecto de Rocío Nahle al gobierno de Veracruz y de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México. Es el motor financiero, el que controla el erario, el que mueve a la burocracia, a los órganos electorales, a la prensa vendida. Y Cheva le suelta que en su gobierno hay corrupción.

Nahle es la jefa política de Cuitláhuac y Eusebia Cortés lo sabe. Nahle solapa y sostiene a Cuitláhuac García. Cuatro jodiendo a Veracruz y Nahle lo mantiene ahí.

El reclamo es válido. Eusebia denuncia corrupción en la Dirección de Transporte y acusa que el secretario de Seguridad “está siendo engañado”.

Y en respuesta, el gobernador le imputa chantaje.

Archivo muerto

Ego López Obrador sólo sabe verse al espejo. Soy el agitador. Soy el mesiánico. Soy el imán de los metales, y si es en cash, mejor. Soy de izquierda aunque sea mocho y de derecha. Soy el acarreador. Divierte con su marcha, la del ardor. Divierte a los que mandan al diablo su reforma electoral. Divierte a los que le pican la cresta y detonan su ira y provocan el berrinche y lo exhiben como el peleador callejero que es. Y desatan sus demonios.

Cualquiera que le gane la calle —los que defienden al INE, el movimiento femenil, los que exigen medicamentos, los que lo increpan en carreteras, los que vencen las barricadas y rompen el cerco policíaco llegando a Palacio Nacional— merecen una lección. Y por eso el pata de perro vuelve a marchar. La diferencia estriba en que cientos de miles acuden sin acarreo a defender al INE y el remedo de Juárez convoca a un millón teniendo que recurrir al acarreo con un gasto descomunal. Por eso es tan divertido provocar a Ego López Obrador…Vestido y alborotado, como novia de rancho, dejó Claudia Sheinbaum a Cuitláhuac.

Ahí lo tuvo, comiendo de su mano, y nunca llegó al Informe del gobernador de Veracruz. Días y noches alardeando. Días y noches escuchándose el estribillo de la prensa vendida, y los coros de la Cuarta Putrefacción, y la masa chaira que opera en modo aplauso, y al final la jefa de Gobierno de la Ciudad de México —y corcholata favorita de Andrés Manuel López Obrador— no apareció. Desaire no es; tomada de pelo, sí. Apenas supo la doctora Sheinbaum que el tal Cuitláhuac García Jiménez, desgobernador de Veracruz, ya tenía listas la maletas para dejar el cargo e irse desmadrar la campaña anticipada de la corcholata puntera en el galgódromo obradorista, tomó una sabia y sensata decisión: enfriarle la nacha al Cuit.

La ausencia, como signo político, es rechazo. Cuitláhuac se tuvo que conformar con la compañía de Rocío Nahle García, cuyos bonos se devalúan cada vez que la alberca de Dos Bocas alcanza niveles sin precedente, nutrida por los torrenciales aguaceros que suelen caer en Tabasco, y peor cuando en palacio nacional se desata la ira por la embarcada que le diera la secretaria de energía al mesiánico Andrés Manuel López Obrador de inaugurar una refinería construida a medias y con el riesgo de que procese su primer barril de petróleo allá por el año 2025 cuando Andrés Manuel ya se haya ido a residir a La Chingada, su finca en Palenque, Chiapas… No enfrenta Arturo Delgadillo solo un par de denuncias por corrupción en la asignación de obras públicas. Hay otras dos. Y la suma del daño, los moches, los servicios que pidió y que serían cubiertos con contratos vía asignación directa, se acerca al millón de pesos.

Y Onésimo Mendoza, su subalterno, otro tanto igual. Delgadillo Medina, director general de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, es el objetivo de una amplia investigación interna. Lo tienen en la mira la síndica, Ana Bertha Hernández Aguilar; la tesorera, Grace del Carmen Mendoza Chesty, y el Departamento Jurídico. Arturo Delgadillo, cita una de las denuncias, habría pedido dos cantidades en diciembre de 2021: más de 50 mil pesos los destinaría una operación que se le practicaría a una activista de colonia; otros 250 mil dijo que serían para cumplir diversos compromisos con colonos. A cambio soltaría una obra de alrededor de 5 millones de pesos. Su director de Obras Públicas, Onésimo Mendoza Flores, que llegó al cargo con la venia del constructor Oscar Fosado Monzalvo, según relato del personal municipal, acumula más de una decena de señalamientos de maniobrar con las licitaciones públicas y asignar contratos u obligar a subcontratar obras a empresas favoritas y controlarles el manejo financiero teniendo acceso al token bancario.

Las denuncias son contundentes. Una de ellas incluye la ubicación de un inmueble en una colonia aledaña al centro de Coatzacoalcos donde se consuman los actos de corrupción. Y hay más… Día a día, los siervos de Samuel Ordaz apuntan hacia las áreas verdes de Coatzacoalcos. Hurgan en Desarrollo Urbano, abren expedientes, consultan documentos, ven cada terreno, sus dimensiones, sus colindancias. Y luego harán la revisión in situ, en vivo. Los vasallos del secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos, Samuel Ordaz Ortega —los Gilbertos, los Lizandros, los Eliezeres, los Rodríguez, los Nelson—, se afanan por tener el control de las áreas verdes.

Y una vez con la información en la talega, procederán a la modificación de uso de suelo, pasando el trámite a cabildo, remitiéndolo al Congreso de Veracruz para su anuencia y luego su venta. O sea, lucrar con los bienes del pueblo. Más o menos como lo hicieron el ex alcalde Iván Hillman Chapoy y el depredador de cabecera, Mariano Moreno Canepa, o como ocurrió cuando un maloso como el Comandante H, alias Hernán Martínez Zavaleta, líder zeta en Coatzacoalcos, hoy condenado a 20 años de prisión, se apropió, vía prestanombres, de diversas áreas verdes en los límites de la colonia Petrolera. Samuel Ordaz, el vicealcalde, es la viva presencia del marcelismo en el ayuntamiento morenista de Coatzacoalcos.

Y sus siervos operan en alta, escudriñando en los archivos de Desarrollo Urbano, identificando áreas verdes como lo hicieran el marcelismo y el ivanismo años atrás. En once meses como secretario del ayuntamiento muestra todo lo voraz que es…

 

 

* Tesorero de Sayula advirtió maniobra de Bola 8 * Y terminó en la cárcel * Alcaldesa abrió cuentas con documentos falsos * Reforma Electoral: como se le vea, fue la derrota de López Obrador * Cuitláhuac traiciona a Nahle * Quiere a Zenyasen de sucesor * Marín Mollinedo se fue por la puerta de atrás * Echó a perder el Corredor Interoceánico

Me van a detener. Me van a fabricar delitos. Me van a sembrar armas y plantarme drogas. Así fue el llamado de alerta de Rafael González Cárdenas, avizorando lo que estaba por venir. Y Eric Cisneros, vía Seguridad Pública de Veracruz, lo llevó a la cárcel.

No es el único. Erasmo “El Chivo” Vázquez González, tipo bragado, que encara y reta al crimen organizado, retrató lo que bulle en la mente siniestra de Cisneros Burgos.

“Temo que en próximos meses termine usted de fabricar algún delito en mi contra, con testigos falsos —alertaba Erasmo—; o que en mi rancho ingresen policías o ministeriales a sembrar armas y drogas con tal de joderme, porque así usted acostumbra”.

Y en uno se cumplió el presagio, confinando a Rafael González al penal Duport Ostión, en Coatzacoalcos, imputándole posesión de armas, delitos contra la salud y un ataque armado elementos de Seguridad Pública de Veracruz.

Y el otro —“El Chivo” Vázquez, hermano del extinto Cirilo Vázquez Lagunes, con tentáculos en todo el sur— lo plasmó en las páginas de Proceso, acusando a Eric Cisneros, el mentado Bola 8, del asedio, hostigamiento, cacería de brujas, persecución con tal de ponerlo tras las rejas.

Ambos, Rafael y Erasmo, describiendo cómo opera la maquinaria de poder en Veracruz, el abuso de autoridad de Cuitláhuac García, que gobierna a punta de berrinches y ocurrencias, y de su verdugo, Eric Cisneros Burgos, el secretario de Gobierno que fabrica delitos, inventa culpables, o siembra armas y les planta droga, o configura organigramas criminales para cazar enemigos políticos o a ciudadanos sin culpa hasta remitirlos a prisión.

Literalmente levantado por los esbirros de la Policía Estatal, Rafael González permaneció ocho horas en la sombra, confirmando que en Veracruz los presos políticos son actores centrales en la trama de terror desatada por Morena, perseguidos aquellos a los que no pueden someter.

Temprano, a eso de las 8:30, el martes 6, Rafael González dejó su casa y se dirigió al palacio municipal de Sayula de Alemán, municipio sureño cercano a Acayucan. Lo acompañaba su escolta, Gioberti “N”, un capitán del Ejército en retiro.

Semanas antes, sicarios irrumpieron en su hogar sin hallarlo. Esa noche en la vivienda no se encontraban ni el tesorero sayulense ni su familia. Sin embargo, las cámaras de videovigilancia lograron captar, minuto a minuto, la presencia de los extraños.

Rafael González acusó directamente a la alcaldesa Lorena Sánchez Vargas de ser la autora intelectual del intento de ejecución.

En respuesta, el gobernador prejuzgó. “Se va a investigar —dijo—, pero se ve eso muy armado. Lo hemos dicho, hay una disputa de grupos delictivos y pensamos que el tesorero está vinculado a uno de ellos, el tesorero, ya las investigaciones van a determinar. Se ve muy armado eso”.

Tácitamente lo sentenció. Sin aportar prueba, lo categorizó como parte de un grupo delictivo.

Cinco días después, el 18 de noviembre, Erasmo Vázquez publicó la carta abierta en Proceso, exhibiendo la mano sucia de Eric Cisneros, acusándolo de usar el aparato policíaco y judicial para encarcelar enemigos. Dos semanas más tarde, Rafael González terminó en prisión.

A lo largo de 12 horas, este martes 6 la familia y amigos del tesorero nada supieron de él. Perdieron todo contacto. Ni una respuesta a llamadas y mensajes en su teléfono celular. Trascendía en redes sociales que había sido levantado por un grupo armado. Así hasta que su nombre apareció en el Registro Nacional de Detenciones. A las 7:39 PM, su estatus era “En Traslado”.

La historia oficial es otra. Habría sido intervenido por elementos de Seguridad Pública a eso de las 2:45 PM, sobre un camino de terracería en la congregación Las Barrillas, en Coatzacoalcos. Lo acompañaba su escolta, Gioberti “N”, quien también fue aprehendido.

El reporte oficial del gobierno criminal señala que le hallaron un arma larga y una corta, droga y que lanzaron un ataque armado contra elementos de Seguridad Pública de Veracruz.

Tal como Rafael González Cárdenas lo había avizorado, ocurrió. Eric Cisneros fraguaba aprehenderlo, sembrarle armas, plantarle droga y encerrarlo.

Aquel 13 de noviembre, el tesorero municipal de Sayula había estado a punto de morir a manos de sicarios que irrumpieron en su hogar. Horas después grabó el video en que exhibía a Eric Cisneros y a su protegida, la alcaldesa Lorena Sánchez Vargas.

“Desconozco por qué motivo Cisneros me quiere encarcelar —señaló—. Sé muy bien que es capricho de la licenciada Lorena Sánchez Vargas, la misma mujer que me mandó sicarios a mi casa a hacerme daño”.

Precisó:

“En diversas ocasiones cuando iba a la oficina de la alcaldesa a checar los estados financieros, ella me quitaba mi celular y comenzaba a amenazarme con que yo renunciara. Siempre me decía que ella iba a meterme a la cárcel con ayuda de Cisneros y creo que de eso se trata todo este tema”.

Y remató:

“Hago este video en el cual pido que se dé a conocer en caso de que Cisneros Burgos cumpla su plan de plantarme drogas y armas para que sepan que todo se trató de delitos fabricados”.

El lío con la alcaldesa es épico. Las trapacerías de Lorena Sánchez Vargas derivan del intento por controlar los recursos públicos del municipio violentando la ley.

Ante un cabildo que le ata las manos, construyó un thriller digno de John le Carré donde campean la persecución narca; el presunto secuestro de su hijo, que fue un teatro tan mal montado que se le vino abajo al descubrirse que lo tenía resguardado en casa de familiares, y una presunta presión del crimen organizado obligándola a pedir partidas de dinero en el Congreso federal.

La tramoya se desploma cuando Lorena Sánchez Vargas denuncia los “hechos” ante la Fiscalía General de la República y no tiene con qué sustentar sus patrañas. De víctima pasó a imputada. Pero las denuncias en su contra no prosperan ni avanzan en la Fiscalía de Veracruz, cuya titular, Verónica Hernández Giadáns, la fiscal espuria, una notaria que fuera empleada de Eric Cisneros en la Secretaría de Gobierno, y que sólo procura justicia al gusto del patrón.

Sánchez Vargas retornó a Sayula suponiendo que iba a barrer con sus adversarios. Destituyó al tesorero Rafael González Cárdenas pero violó el procedimiento de ley. Se halló con un cabildo que la desafía y no se deja avasallar. Y peor, que la denunció ante Congreso de Veracruz.

Hay un punto medular, crucial: la denuncia que enfrenta Lorena Sánchez por abrir cuentas bancarias con documentos apócrifos, hasta ahora congelada en la Fiscalía estatal.

A partir de ahí se fraguó la aprehensión del tesorero, con el sello del siniestro Bola 8.

“Quiero dejar patente las intenciones del señor Eric Cisneros Burgos de detenerme de forma ilegal y plantarme droga y armas”, dijo el tesorero municipal de Sayula.

Y como avizoró, ocurrió.

Hay insiders de Morena que advierten que la carta de Erasmo Vázquez González, “El Chivo”, detonó la ira de Bola 8 y de ahí se precipitó la aprehensión del tesorero municipal de Sayula.

Eric Cisneros no tiene freno, ni mando, ni limites, ni control. Persigue a todos, los asedia, les deja caer la maquinaria judicial. Su ley no es la ley de los decentes. Es la ley Cisneros, del arrebato y la revancha, del castigo a los que lo increpan y lo retan.

Empresario citricultor, Erasmo Vázquez advierte cómo opera el secretario de Gobierno: campañas negras en redes sociales y medios, imputaciones de vínculos con el crimen organizado, aprehensión y siembra de armas prohibidas. Toda una “lawfare”, la fabricación del delito y la embestida judicial.

Cuenta Erasmo Vázquez, en la carta publicada en Proceso, que aportó información al gobierno de Veracruz para atrapar grupos criminales. Procedieron contra unos pero encubrieron a otros.

“El Chivo” Vázquez acusa protección a criminales, a los Piña en la Cuenca del Papaloapan, terruño del secretario de Gobierno, donde el secretario de Gobierno se siente Dios.

La voz del “Chivo” Vázquez advierte una persecución mayor… que hay que contar.

Archivo muerto

Qué dulce es la derrota cuando el tirano la siente en la piel. Es música para los oídos escucharlo increpar, tildar de cretinos —estúpidos—, de clasistas, de racistas, de raterazos, corruptos, conservadores, traidores, a los que marcharon para defender al Instituto Nacional Electoral, y verlos triunfar. O llamarles hipócritas, achichincles, oligarcas, simuladores, saqueadores, aspiracionistas, defraudadores, antidemócratas, fifís, clasemedieros, antijuaristas, neoliberales, por haber tomado las calles, que son de todos pero que el bodrio político llamado Andrés Manuel López Obrador supone que son de su propiedad. Y al final, en el momento clave, ni con amagos, ni con amenazas, ni reactivando expedientes judiciales, ni con improperios de Morena en el Congreso, pudo cuajar la reforma electoral constitucional. La derrota es derrota. Así la matice, es derrota. No tuvo los votos, no alcanzó mayoría calificada. Intentó capturar al Consejo General del INE y fracasó. Pretendió apoderarse del padrón electoral y fue bateado. Quiso imponer consejeros a modo y no pudo. Diseño la centralización del sistema electoral, desapareciendo órganos electorales locales y tribunales estatales, y se quedó en el intento. Y así decenas de argucias del mesiánico Andrés Manuel. Su Plan B es un parche a la derrota. Podrá reducir presupuesto; intentará matar por inanición al INE; desaparecerá dependencias y fideicomisos, que activarán juicios de amparo; provocará despido de personal, pero la reforma, como la diseñó, fracasó. Quiso engañar con la supuesta disminución de plurinominales y a cambio crearía una elección en base a listas estatales de candidatos, que es una elección plurinominal mayor. En todo fracasó. En toda la línea fracasó. Así imponga con su mayoría simple un Plan B, C, D y hasta la X, Y o Z, su reforma electoral constitucional fue apabullada, derrotada, lanzada al cesto de la basura por una ciudadanía que salió a las calles a reclamar, lanzando la señal a los partidos de oposición de que se mantenían unidos, sin avalar la treta de Andrés Manuel o perderían el voto ciudadano en la próxima elección. Qué dulce es ver la derrota en el rostro de López Obrador… A la vedette lo mueve la hormona. Día a día, Cuitláhuac García se va deslindando de Rocío Nahle García, alentando la candidatura del show-nude, Zenyazen Roberto Escobar García, por el que el gobernador da la vida y algo más. Desaira Cuitláhuac a Rocío Nahle, la secretaria de Energía por cuyos oficios no fue obligado a renunciar cuando Veracruz volvió a ser escenario de masacres, haciendo sentir el crimen organizado que tiene al poder público en su redil. Nahle intercedió por Cuitláhuac ante un Andrés Manuel encolerizado por las taras políticas de su recomendado, por su incapacidad para gobernador, pero, sobre todo, por las constantes y cada vez más frecuentes evidencias de corrupción. Hoy, le muerde la mano a Nahle, la ningunea en eventos públicos; envía a su choguma, Esteban Ramírez Zepeta, a lanzar la señal de que la candidatura de Morena al gobierno estatal no será para una mujer, y lanza a su prensa a sueldo a mover la imagen de Zenyazen Escobar, que de los antros y tugurios de mala muerte, donde hacía desnudos con el mote Tarzan Boy —hallazgo de la entrañable colega, Claudia Guerrero—, saltó a la protesta en las calles, al Congreso como diputado favorito del gobernador y de ahí a la Secretaria de Educación estatal. —Veracruz, qué pecado cometiste para merecer esta maldición—. Las traiciones de Cuitláhuac alcanzan hasta a Javier Duarte, el ladronazo que gobernó y saqueó las arcas, sin cuyo apoyo y alianza política no habría alcanzado el triunfo en el 2018. Y habrá mas traiciones hasta que los usados y burlados se decidan a hablar. Y entonces Cuitláhuac quedará al desnudo, como el Tarzan Boy… Por la puerta trasera, dejó Rafael Marín Mollinedo el Corredor Interoceánico. Va a la Dirección de Aduanas a ser un auténtico florero porque ahí manda el Ejército. Aduana es coto de militares por gracia divina del mesiánico Andrés Manuel. Su paso por el Corredor Interoceánico es digno de ser esculpido en bronces, acuñado en letras de molde y develado en el muro de la historia, porque no cualquiera logra un fracaso de esa dimensión. Marín Mollinedo, él sí del círculo más íntimo del Clan Obrador, hundió el proyecto cumbre del Peje, la franja de desarrollo que va de Coatzacoalcos, en Veracruz, a Salina Cruz, Oaxaca, en que habría 10 terminales intermedias, decenas de parques industriales, empleo a manos llenas. Pero el susodicho Rafael Marín lo echó a perder por falta de visión, de trabajo y de ineptitud. Dejó las vías de ferrocarril a medio terminar, el derecho de vía no liberado, protestas y más protestas de habitantes de la región por el precio que les fijaron a sus tierras y el barril sin fondo en que se convirtió la construcción. Por más que se le advirtió al mesiánico, se empeñó en sostener a Marín Mollinedo y el resultado es el fracaso total. En Aduanas no hay mucho qué hacer. De los arreglos con el crimen organizado se encarga el Ejército. El paso de mercancías lo atienden los militares. Allá va Rafael Marín, a ser un florero más. Malo que lo dejen actuar. En una de esas quiebra el servicio de aduanas…