Viernes, 3 de May de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Nefasta, arbitraria, miope o sin brújula, Rocío Nahle sólo ha tenido un acierto: frenó y destazó a Braskem, la empresa brasileña, filial de Odebrecht, que saqueó a Pemex succionando el etano con la venia de Felipe Calderón.

Habrá fallado con el huachicol, su estrategia de cerrar ductos y adquirir pipas —fuera de especificación, lo que equivale a fraude al erario—, provocando un desabasto de gasolina brutal y hasta la tragedia de Tlahuelilpan. Pero con Braskem atinó.

Falló con la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que no costó 8 mil millones de dólares sino 16 mil, ni la concluyó en tres años como había pronosticado, y que con el abastecimiento de agua del río González, de Chiltepec a Puerto Ceiba, si acaso en nueve meses más alcanzará la meta de producción. Pero a Braskem la reventó.

Ha errado en todo: leyes en materia de energía que transgreden el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá; o la Ley Eléctrica, vigente pero con el voto en contra de siete de los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; o el impulso a las energías sucias alejándose del modelo ambiental global.

Y tuvo la ocurrencia de inventar la Ley Nahle, una modificación a la Constitución local para convertirse en veracruzana, nacida en Zacatecas, sólo para contender por el gobierno de Veracruz.

Pero, bien que mal, a Braskem la noqueó. Y la puso al borde de un proceso penal.

Su ausencia en el show de Braskem, el 29 de marzo, cuando se colocó la primera piedra de la Terminal Química Puerto México, en la dársena de Pajaritos, Veracruz, es lógica.

Nahle y Braskem son agua y aceite. O dicho con sorna, Nahle es el verdugo de la empresa brasileña más tramposa que haya llegado a México.

Nada, pues, tenía que hacer ahí la secretaria de Energía si a los brasileños, siendo diputada federal por Coatzacoalcos, les halló abuso y tropelías, un contrato ventajoso, lesivo para Petróleos Mexicanos, un auténtico atraco a la nación.

Nada tuvo que hacer ahí el presidente Andrés Manuel López Obrador, que secundó a Norma Rocío Nahle García en su cruzada contra Braskem cuando evidenció que el proyecto impulsado por Luis Inacio Lula da Silva-Felipe Calderón fue una puñalada artera a Petróleos Mexicanos.

Y fue entonces que Andrés Manuel le puso nombre a la trastada carioca: el contrato es leonino, dijo. O sea, injusto y abusivo, ventajoso para Braskem.

Y nada tuvo que hacer, por consiguiente, Cuitláhuac García Jiménez en la faramalla de la primera piedra de la Terminal Química Puerto México. El gobernador es una marioneta tan inútil que si le dan cuerda habla y si no se la dan ni siquiera respira.

Si Cuitláhuac no acudió al show carioca, no fue por desairar 400 millones de dólares —8 mil millones de pesos—, lo que ofrecen los brasileños invertir. Fue porque Braskem está en el círculo de repudio de López Obrador y Rocío Nahle.

Nahle tiene en la mira a Braskem-Idesa desde 2010. Una vez que Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de México, consumó la entrega del etano producido por Pemex a la firma brasileña, vía un contrato leonino, interpuso junto con técnicos y profesionistas petroleros una denuncia de carácter penal que nunca caminó.

El contrato a 20 años obligaba a Pemex a entregar la materia prima a precio preferencial, así dejara de suministrar etano a los complejos Pajaritos, Cangrejera y Morelos y provocara la virtual parálisis de una decena de plantas petroquímicas.

Fue en 2017, siendo ya diputada federal por Coatzacoalcos y coordinadora de la fracción parlamentaria de Morena, que la cloaca se destapó. Odebrecht, empresa que realizó la construcción del complejo Etileno XXI, cuya filial petroquímica es Braskem, fue involucrada en un escándalo de sobornos. 10 millones de dólares fueron a dar a la campaña del priista Enrique Peña Nieto.

Pero en cuanto el obradorismo llegó al poder, Nahle asumió la Secretaría de Energía y abrió fuego.

Se acabó el precio preferencial del etano a Braskem. Sólo pagaba el 70 por ciento del precio real.

Braskem fue obligada a cubrir el costo del transporte del etano, ya fuera nacional o importado, hasta entonces pagado por Pemex.

Se dejaron sin efecto las penalizaciones, que eran del 200 por ciento por cada barril de etano que Pemex suministrara a destiempo.

Se extinguió la cláusula de terminación anticipada del contrato, que obliga a Pemex a pagar una sanción de 5 mil 200 millones de dólares.

Pemex se obligaba a suministrar 66 mil barriles de gas etano diariamente, los tuviera o no. Y si no los tenía, debía adquirirlos y venderle a Braskem al 70 por ciento del valor de mercado.

El atraco concluyó cuando López Obrador amagó con llevar a la firma brasileña al terreno penal.

Pemex disminuyó el suministro de etano a 30 mil barriles diarios, sólo por tres años más; Braskem lo pagará a precio real, y cuando el contrato finalice, en 2024, Pemex no estará obligada a renovar.

Pemex se comprometió a facilitar la construcción de la terminal portuaria de Braskem para importar gas etano. Pero ahí, Braskem resultó una nulidad.

El anuncio del proyecto se realizó el 11 de julio de 2022 y arrancaría de inmediato. No ocurrió.

La construcción estaría a cargo de la firma Advario, una división de la empresa alemana Oiltanking, especializada en terminales marítimas. Braskem y Advario compartirían las utilidades.

Ocho meses y medio después, de la Terminal Química Puerto México sólo hay una primera piedra en la dársena de Pajaritos. El muelle no existe. El depósito criogénico no existe. Las oficinas no existen. El estacionamiento de maniobra no existe.

El ayuntamiento de Coatzacoalcos estableció un monto descomunal por concepto de permisos y derechos: 99 millones 728 mil 837.42 pesos. Braskem realizó una contrapropuesta por movimiento de tierras (ducto) con un costo máximo de 822 mil 31.65 mil pesos. Y ahí se congeló la negociación (Ver Distrito Rojo: https://distritorojo.com.mx/2022/12/21/terminal-portuaria-de-braskem-congelada-desarrollo-urbano-impone-permisos-por-100-millones-de-pesos/).

Nahle, vía el alcalde Amado Cruz Malpica, no los soltó. Los arrinconó. Y se las complicó al máximo.

La respuesta de Braskem llegó a través de su vocero, Sergio Plata. Y lo hizo con charada. Sostuvo que la Terminal Química Puerto México llevaba un avance del 30 por ciento pero dentro de las instalaciones de Etileno XXI, en Nanchital.

Fue una maroma hilarante. La terminal portuaria inició por el final, en municipio de Nanchital, en tierra firme. En la dársena de Pajaritos no había nada, ni siquiera los permisos que se negociaban con el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Así hasta que el 26 de marzo de 2023, ocho meses después del anuncio del proyecto, se colocó la primera piedra. Y no llegó López Obrador. Envió a Adán Augusto López Hernández, la corcholata de Gobernación.

Nada fue fortuito. Fue un desaire calculado. Rocío Nahle no consintió a Braskem. No olvidó que Braskem se llevó el etano a precio de regalo. No olvidó que Pemex tuvo que pagar penalizaciones por entrega tardía del producto. No olvidó que Calderón le abrió la puerta a la firma tramposa y con Peña Nieto estalló el escándalo de los sobornos. No olvidó que Braskem, en Nanchital, mintió sobre el área en que construiría la planta Etileno XXI y fue acusada de evasión fiscal —¿Lo sabrán los socios de Advario?—. Nahle no olvidó que Braskem le asestó una puñalada a la nación.

Era obvio que ni Andrés Manuel, ni Nahle, ni Cuitláhuac habrían de participar en el show.

Nefasta, arbitraria o sin brújula, Rocío Nahle tuvo el acierto de frenar y destazar a Braskem.

Y le trastocó ocho meses la mascarada de la primera piedra.

Archivo muerto

Grabar borrachos y a un cantinero con ínfulas de capo, le valió a Sendic Aguirre una agresión. Los captaba el lunes 10, a eso de las 8 de la mañana, sobre el malecón de Coatzacoalcos, cuando dos esbirros del dueño del bar Rome lo increparon. Sendic, reportero de El Liberal y Radio Hit, no dejó de grabar.

Transmitía en vivo a jóvenes bebiendo, bailando, charlando; vehículos estacionados en doble fila, uno de ellos en batería. Captaba un escenario ilegal, alcohol en la vía pública, negocios operando fuera del horario permitido, mesas y sillas sobre la banqueta, un malecón con briagos y briagas, contoneándose al ritmo de la música cuando el sol había despuntado. Sendic recogía imágenes en que se veían a dos sujetos liarse a golpes y una joven y un adulto intervenir y separarlos. Junto a ellos, varias empleadas de Limpia Pública realizando su labor, recogiendo la basura, el desperdicio de los amigos del alcohol. Sendic Aguirre se movía de un lado a otro, cruzaba el arroyo vehicular. Hacía paneos, deslizaba la imagen de derecha a izquierda y viceversa.

En una de las mesas, al pie del tugurio Rome, se hallaban tres sujetos. En el video se ve a uno de ellos desplazarse hacia el reportero. Viste una playera negra con la leyenda Calvin Klein y gorra blanca. Usa un cubreboca. Le pide el teléfono celular y exige que borre las imágenes. Sendic Aguirre continúa grabando. El sujeto regresa a su mesa y es enviado otro tipo a golpearlo. Pero Sendic no deja de captar. Agredido y con sangre en el rostro, no se deja intimidar.

Minutos después fue llevado a la clínica del IMSS para su valoración. El bar —cuchitril— Rome, como muchos otros, es un antro de mala muerte. Su encargado o propietario, un rufián con aires de capo. Y la Policía Municipal, un ente inservible, plagado de rateros con uniforme, de asaltantes cuando andan en sus días francos, el terror de la sociedad. Días antes, una patrulla transitaba sobre el malecón y al detener su marcha fue rodeada por jóvenes que se treparon en la batea de la unidad; otros lanzaron cerveza o licor sobre los cristales. Los policías nada hicieron. No por prudencia sino por ineptitud. Debió llegar la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, la Policía Estatal. Debieron ser aprehendidos los mozalbetes. Debió enviarse un mensaje de autoridad. El ayuntamiento es cómplice por omisión.

A las 3 de la mañana debieron cerrar todos los antros. Y debió prohibirse el consumo de alcohol en la vía pública. ¿Dónde estaban los inspectores de alcoholes? ¿Dónde se metió la tesorera Grace del Carmen Mendoza Chesty y su personal? Si los esbirros del propietario del bar Rome hubieran estado armados, Sendic Aguirre no habría sido trasladado a la clínica del Seguro Social sino a una morgue y de ahí al panteón. Es el Coatzacoalcos sin ley, sin autoridad, sin alcalde. Es el reino de los violentos, a los que el presidente municipal, el morenista Amado Cruz Malpica, y su pestilente corte les brindan impunidad.

Ahí, donde hoy opera el bar Rome, estuvo el Once Once —“your best wish”—. Ahí se veía chocar la copa a los malosos con los hombres de poder. Ahí, donde hacía vida social Hernán Martínez Zavaleta, alias Comandante H, líder de Los Zetas en el sur de Veracruz, condenado a 20 años de prisión, con la “Beba”, “El Pana”, “El Mamito”, “El Tito” y otros más… Fiscal especializada y perito, señaladas de revictimizar a quien denunció al notario Alejandro “D” por violencia intrafamiliar.

La fiscal especializada, ya relevada del cargo, es Adriana del Rocío Soto Vázquez; la perito es la psicóloga Thalía Ivonne Torres López, a quien protegen y solapan desde Xalapa, capital de Veracruz. La víctima les interpuso queja ante la Fiscalía General del Veracruz por ordenar evaluación psicológica cuando ya existía una que determinaba el daño causado por la conducta del notario público, adscrito a Chinameca pero radicado en Coatzacoalcos. La queja data del 28 de marzo de 2022. Un año después, no se le ha dado curso.

El dictamen original, elaborado por la psicóloga Yanelly Llinas Hernández, con cédula profesional 9612462, “concluye que existe afectación psicológica a la víctima y que requiere asistencia especializada”. Con engaños, la entonces fiscal, Adriana del Rocío Soto, instó a la víctima a que fuera evaluada nuevamente. Y resultó que su condición psicológica no tiene mayor alteración. En contraparte, al agresor Alejandro “D” la fiscalía le determinó que presenta problemas de manejo de estrés que con sólo ir al gimnasio los mitiga. Un año ha tenido el caso la fiscal general, Verónica Hernández Giadáns, y no resuelve. Persiste en su afán de proteger y encubrir a los de su gremio, notarios como ella. No quiere enfrentar escándalos, pero los va a enfrentar.

Máxime que se le metió en un atribulada imaginación que puede ser senadora por Veracruz con la ayuda de su padrino, el zafado, vesánico, sátrapa y siniestro Eric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno… Aclaración y disculpa: Liliana Azucena Yunes Rojas, a quien en el comentario anterior mencioné como prima del ex senador Héctor Yunes Landa, no es tal. Sólo fue su esposa. Una sentida y sincera disculpa a ella y a sus familiares… ¿Quién es ese emisario de Javier Duarte que cobra en la Tesorería Municipal de Coatzacoalcos, cuya fama de transa, experto en operaciones fraudulentas, auguran un desastre financiero? ¿Quién obligó al alcalde Amado Cruz Malpica a contratar a semejante corruptazo? ¿Cuántos millones de pesos se han fugado de la Tesorería y en qué empresas fantasma —su especialidad— van a parar?…

Si a Pepe Yunes le toca cargar el muerto, Héctor Yunes fue el sicario que reventó las entrañas del PRI en Veracruz, el que lo hincó, jaló el gatillo y lo aniquiló. Por eso el PAN y Morena lo tienen en un altar.

Hiperactivo como es, Héctor Yunes Landa va al norte y luego recala en el sur, sube a la montaña y desciende a las playas, vociferando que los que detentan el poder se están comiendo a Veracruz. Se vende como la salvación de la oposición.

Hurga en la seguridad perdida, aunque perdida estaba desde que Fidel Herrera reinó con el cómplice silencio del priismo que vio llegar a Los Zetas y entronizarse en su santuario de sangre, y luego, ya en tiempos de Javier Duarte, ver el festín de horror del Cártel Jalisco Nueva Generación, que practicaban el macabro ejercicio de cazar zetas, torturarlos hasta la muerte y arrojarlos en la vía pública. Si los cárteles compraron el territorio, mínimo lo querían disfrutar.

Suelta disparates tan colosales como aquello de construir una agenda conjunta con el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, que Cuitláhuac García, el bailarín de palacio ni siquiera peló.

Se mete en una reunión de mujeres, promovida por el PRI, como si fuera la muñequita del pastel. Quiso robar cámara y arrancarle un saludo a la senadora Beatriz Paredes Rangel, la que un día condena los afanes de su líder nacional, Alejandro Moreno Cárdenas de extender su período estatutario, y luego se presta a echar de la coordinación de los senadores priistas a Miguel Ángel Osorio Chong, haciéndola de instrumento útil de Alito Moreno.

Héctor Yunes parlotea que hay una red de polleros que trafican migrantes, movida por políticos y funcionarios públicos, pero del verbo no pasa.

Si hay que hablar de la tragedia de Ciudad Juárez, donde 40 migrantes murieron quemados y asfixiados por hallarse tras las rejas en una cárcel del Instituto Nacional de Migración, el ex senador invoca las instalaciones de Acayucan, donde —de nuevo el don de la premonición— podría ocurrir otra muerte masiva.

Y si de democracia se trata, augura que el Plan B de Andrés Manuel López Obrador fracasó pero hay que volver al Plan A, que es la defensa democrática de México.

Ahí perdió la memoria. O finge no recordar. En 2016 fue candidato del PRI al gobierno de Veracruz, apadrinado por Javier Duarte y Manlio Fabio Beltrones, uno de los dueños del tricolor. Y meses después de su fracaso electoral, un audio en el que se identificó la voz del ex secretario de Seguridad Pública duartista, Arturo Bermúdez Zurita, entonces encarcelado, reveló que con el erario se financió el sueño-obsesión de Héctor Yunes Landa.

Aquello no fue nada democrático. Lo que ahí se escuchó fue una bomba. 70 millones de dólares extraídos de las arcas del gobierno de Veracruz, con el visto bueno de Javier Duarte, pararon en la campaña de Yunes Landa.

No todo fue a las estructuras priistas. A Don Beltrone, según versión de medios y redes sociales, le tocaron 500 millones. Obvio, Héctor Yunes repudió la revelación y apeló, como siempre, a su honor.

Nadie en su sano juicio le ve con qué pueda contender por el gobierno de Veracruz. Nadie le ve tablas. Nadie fuma el repertorio del choleño. Nadie cree en su buena fe.

Va a Pánuco y se reúne con una veintena de seguidores. Baja a Coatzacoalcos y unos cuantos medios de comunicación se le acercan. Y ahí se destapa como candidato anticipado de la oposición al gobierno de Veracruz. “La caballada está gorda”, dice. Sí, pero sin rumbo.

Va a la Legislatura y dice que el Congreso del Estado es su segunda casa. Acude al Senado y cuenta que el Senado es su segunda casa.

Su proyecto es de saliva. Pero su pasado es de escándalo.

De lo que no habla es del Veracruz violento en los días en que el PRI tenía el poder.

No habla del Veracruz saqueado por Javier Duarte y los 40 ladrones.

No habla de la campaña de 2016 cuando se le vio saludando a Francisco “Pancho” Colorado Cessa, el narcoempresario que solía cabalgar con Fidel Herrera Beltrán, condenado en Estados Unidos por lavado de dinero, vía compra de caballos de carreras, a favor de Los Zetas. Pancho Colorado fue hallado muerto en su celda, según la versión oficial, o le dieron la opción de ser testigo protegido, simulando su muerte y desapareciendo de la faz de la tierra. A México sólo llegaron sus cenizas.

No habla de Liz Yunes Yunes, su hija duartista, la que trabajara en la Dirección de Notarías y Registro Público de la Propiedad en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, ejecutando acciones contra notarios públicos. El número 14 de Coatzacoalcos, Enrique Aguilar Urcelay, a la postre y luego de un litigio desgastante, los venció en juicio.

No habla de Andrea Guadalupe Yunes Yunes, su otra hija, diputada local por el Partido Verde (Anti)Ecologista de México, que terminó respaldando acciones cruciales a favor de Morena en el Congreso de Veracruz.

Ni habla de Verónica de la Medina, su esposa, que fuera madrina de generación en la graduación de policías, en la Academia El lencero, cuando el secretario de Seguridad Pública de Veracruz era el siniestro Arturo Bermúdez Zurita, acusado en el yunismo de desaparición forzada.

Ni habla de Liliana Azucena Yunes Rojas, su prima con quien estuvo casado en primeras nupcias, madre de sus hijas Liz y Andrea, quien se desempeñara como asesora en la Secretaría de Turismo de Veracruz con Fidel Herrera y Javier Duarte.

Ni habla del patético caso de los Poliyunes. Su padre, César Yunes Faisal, ya fallecido, y sus hermanos Rafael y César, se disfrazaron de policías, adscritos al Instituto de Policía Auxiliar y Protección Patrimonial, matriculados en ella, con armas de cargo, municiones y cargadores, para gozar de permisos de portación de armas por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. Y estaban inscritos en nómina, con salario asignado. Tácitamente eran “aviadores”.

El caso detonó en INFORME ROJO, en 2016, justo cuando Héctor Yunes era nominado candidato del PRI y el partido Alternativa Veracruzana al gobierno de Veracruz. En diversos documentos se acredita la treta. En uno de ellos, fechado el 26 de marzo de 2015, se establece la misión encomendada por el Ipax a los Poliyunes: “escoltas del senador Héctor Yunes Landa”.

Y mucho menos habla de la golpiza asestada al periodista Jorge Manrique, encerrándolo en su oficina del Congreso, colocándole una pistola en la cabeza, lanzándole planazos de machete, iracundo, fuera de sí, porque si algo repudia es la crítica. En carta pública consta la agresión.

O aquel “no te metas con mi hija”, que le espetó al columnista Arturo Reyes Isidoro, autor de Prosa Aprisa, por analizar la llegada de su hija Andrea al Congreso de Veracruz por el PVEM, un partido distinto al PRI, y recordándole a dónde enviaba Yunes Landa a los que chaqueteaban al tricolor.

Héctor Yunes Landa fue el último gobernador emergido del PRI. Su vínculo con Javier Duarte —“es mi jefe político”— lo hundió. Sus ligas con el duartismo, los disparates de campaña, terminaron por darle el triunfo en la elección de 2016 al panista Miguel Ángel Yunes Linares, su primo con el que aún vive un odio infernal.

Y dos años después, el efecto López Obrador llevó a Morena al gobierno de Veracruz.

Héctor Yunes fue el sicario del PRI. Lo destrozó por dentro. Rompió estructuras, le cobraron facturas, pagó traiciones. Tácitamente hincó al PRI y le soltó el tiro de gracia.

No es que quiera volver. Pretende contaminar la alianza de oposición y que le tiren un hueso para roer.

Archivo muerto

La corte de Amado hizo de la Expo Feria un botín. Choferes de funcionarios, auxiliares, amigos y hasta el más insignificante de los achichincles, promoviendo y arengando en redes sociales. Omar Franco exaltando a La Bandida, uno de los bares donde más alcohol corrió. Y la camioneta de Obras Públicas Municipales del ayuntamiento de Coatzacoalcos, feudo de Arturo Delgadillo Medina —número OP-225— acarreando hielo para La Bandida, como se pudo observar en por lo menos tres fotografías.

Un caso para la Contraloría municipal, donde su titular, Mario Pintos Guillén, quien fuera tesorero del ex alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo, alias “el 30 millones no solventados”, cobra salario pero no resuelve los asuntos que le queman las manos al presidente municipal, Amado Cruz Malpica. Otro promotor de los negocios de alcohol en la Expo fue Jorge Ocampo, del círculo cercano a la tesorera municipal, Grace del Carmen Mendoza Chesty. Y dentro y fuera del ayuntamiento corren los nombres de funcionarios mayores y menores —los Chesty, Delgadillo— y sus respectivos gatos de angora, que son mediocres para la función pública pero buenos para el giro negro y que terminaron matando víbora en Viernes Santo. ¿Y Amado Cruz Malpica no lo supo? ¿O lo supo y los dejó lucrar?… Por más que Alejandro “D” alargue su agonía, su agonía judicial ahí seguirá. Imputado por violencia intrafamiliar, el notario público adscrito a Chinameca pero radicado en Coatzacoalcos hizo treta y media para diferir la audiencia de vinculación a proceso, que habría de realizarse el 29 de marzo y trasladarla para el 14 de abril.

Le ayudó la fiscal tercera Especializada en Delitos de Violencia Contra la Mujer, Yamilet Franyutti, quien de último momento se esfumó. Se hallaba en el juzgado y de pronto literalmente se fugó. Nada explicó. Quien lo hizo fue el juez Mario Vivanco, excusándola con el rollo de que a la misma hora le asignaron otra audiencia. Allá quien crea semejante patraña. Las audiencias están calendarizadas y cada fiscal sabe con antelación el juzgado al que debe acudir.

La fiscal Yamilet Franyutti incurrió en una omisión legal. La otra maroma la dio el abogado del notario imputado por violencia intrafamiliar, Marco Antonio Madrazo Carrión. Salió con que no había tenido acceso al expediente. Para entonces el juzgado a cargo de Mario Vivanco ya despedía un tufo nauseabundo. El caso proviene de una relación tóxica desde que Alejandro “D” y su pareja, una dama perteneciente al círculo social con mayor arraigo en Coatzacoalcos, residían en Canadá. La denuncia interpuesta por la señora es explosiva: violencia, vicios, miedo, daño psicológico. Poco después, en la Ciudad de México, ocurrió el episodio en que Alejandro “D” intentó arrojarla desde un balcón.

Los testigos de los hechos se presentaron ante la Fiscalía en Coatzacoalcos y confirmaron lo sucedido. Y cuando se formalizó la denuncia, a Alejandro “D” se le ocurrió acusar a la madre de hijo de robo de un anillo, que él le había entregado como anillo de compromiso, y de su patente de notario, documento que no tenía por qué estar en casa pues la Ley del Notariado establece que debe alojarse en la sede de trabajo.

A eso le agregó una genialidad: acusarla de daño moral y exigir la reparación del daño por 30 millones de pesos. ¿Quién le habrá aconsejado semejante estupidez? Es apenas la punta del iceberg. Se coludieron la fiscal especializada, dos psicólogas, la fiscal general de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, notaria pública que a su vez solapa y encubre a los de su gremio, como ocurrió con Sergio Hernández Vallarino, hasta que el escándalo detonó en la prensa nacional, y ahora el juez Mario Vivanco, del que se recuerda cómo dejó en libertad a Edgar Spinoso, uno de los favoritos de Javier Duarte, luego de difundirse dos videos en los que constan las amenazas y los insultos del sátrapa a un empleado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y el allanamiento, pistola en mano, de las instalaciones federales.

Si Alejandro “D” y su familia hubieran tomado el camino del diálogo y el acuerdo, no vivirían una agonía judicial ni se hallarían a las puertas del infierno. Pero hay mucho, mucho más… Don Arturo Zavala Jiménez, un emprendedor, un visionario, se ha ido. Falleció este lunes 10 de abril dejando profunda huella en el ámbito empresarial de Coatzacoalcos, al que le imprimió estilo y sello, convertido en proveedor de altos vuelos del rubro de abastecimiento de oficinas y el fotocopiado, compitiendo con firmas de renombre, manteniendo un liderazgo digno de recordar. Don Arturo Zavala también incursionó en el terreno motivacional impartiendo conferencias.

Deja un legado amplio y el reconocimiento de quienes tuvieron la grata fortuna de tratar con él. A Emelia, Myriam, Lety, Arturo y toda su hermosa familia, un abrazo solidario, nuestras sentidas condolencias y el deseo que pronto logren la resignación que sólo el Creador puede conceder…

A Pepe Yunes le tocó la peor penitencia: cargar un muerto, echarse en la espalda al PRI, arrastrar al moribundo, maquillarlo, ofertarlo, encajarlo en una oposición infame que sólo aspira a comerse las migajas que Morena le quiera aventar.

Le tocó lidiar con el PRI de Alejandro Moreno Cárdenas, su líder nacional, atajando el intento de avalar la Ley Eléctrica cuando Alito se había entregado a Andrés Manuel.

Pepe Yunes decidió quedarse solo cuando el PRI de Alito Moreno pactó con López Obrador y la militarización de las calles se consumó. Cuatro años más con la Guardia Nacional porque el PRI y Morena pasaron del idilio al incesto. Se acostaron y parieron un engendro militar.

Ejército y Marina patrullando, instalando retenes, revisando bolsillos, metiendo las narices en los automóviles, interrogando al mexicano de a pie mientras a los capos y a sus sicarios los arropa el presidente y los generales canjean el honor por una vida de placer.

A Pepe Yunes le tocó ver y oír el festín de Layda, el carnaval de los audios, desollado el líder nacional del PRI, destrozado porque su lengua es larga y tiene alma de hampón.

Alejandro Moreno es, literalmente, un cerdo político. Los audios sirven para trazar su perfil: riqueza inexplicable a partir de sus días en el gobierno de Campeche; las residencias que huelen a transa, o exprimiendo empresarios, o pactando con Monreal, o surtiendo recetas de cómo aniquilar a la prensa: “no les des un balazo, mátalos de hambre, papito”.

Y luego el ataque al estatuto del PRI, el intento de Alito de extender su período como líder nacional, fraguando cómo manipular la alianza con el PAN y PRD, o cómo reventar a la oposición, según se lo ordene su patrón, Andrés Manuel López Obrador.

Y la batalla en el Senado, el cuartelazo contra Osorio Chong, el ungimiento de Manuel Añorve, el senador pro narco que en sus días en la alcaldía de Acapulco permitió el florecimiento de los cárteles, la violencia sin control, tácitamente el inicio de la destrucción de la que fue la principal joya turística del país.

Ese muerto político llamado PRI es el que Pepe Yunes tiene que cargar.

El PRI de las corruptelas y los fraudes históricos. El PRI de Javier Duarte. El PRI de Salvador Manzur, que llegó a expresar que el programa de Adultos Mayores era “oro molido” porque hasta los familiares de los abuelitos terminan votando por el tricolor. El PRI del Cisne Silva, implicado en el pago a empresas fantasma cuando Javier Duarte saqueaba al gobierno estatal.

El PRI de Veracruz también huele a panteón. Es un cascarón succionado por Marlon Ramírez Marín, su líder(?) estatal, el célebre histrión que un día escenifica la obra teatral del combate al obradorismo jarocho y al día siguiente se presta a validar la militarización del país.

Marlon Ramírez es un espantapájaros político. Habla de legalidad y le estalla un escándalo inédito por el robo de los dineros del PRI, la nómina atestada de “aviadores”, pagos a los favoritos del reino y falta de salario a quienes no pululan en su corral.

Marlon exige aclarar el escándalo de las empresas fantasma; por qué Araly Rodríguez, siendo empleada del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez tiene contratos por casi 100 millones de pesos en dos secretarías y el DIF estatal; por qué existe una red de corrupción con empresas constituidas en domicilios de colonias marginadas con contratos por cientos de millones de pesos.

O sea, saqueo al estilo de Javier Duarte, del que Marlon Ramírez fue subsecretario de Gobierno y entonces no protestó, ni se indignó, ni exigió una profunda investigación.

El PRI es una fachada. Detrás de su rostro no hay nada. Su militancia es un puñado de seguidores aquí y otro grupúsculo más allá. Sólo tiene potencial ganador en municipios donde hay liderazgo, Cosoleacaque, Orizaba, Moloacán.

Sufrió la atomización de su base, el éxodo de la militancia, los que se fueron con Morena, el arribo a la tierra prometida y su conversión al obradorismo.

Fidelistas, duartistas, marcelistas, petroleros, campesinos, cañeros, vendieron su estructura, su capacidad operativa, su profundo poder corruptor.

El fidelismo hoy opera en Morena y en el Partido Verde (Anti)Ecologista de México. Javier Herrera Borunda, hijo de Fidel Herrera Beltrán, es secretario de Organización del comité nacional del PVEM. Apunta a ser candidato a senador, arrebatándole el espacio al morenismo.

Marcelo Montiel Montiel, ex alcalde de Coatzacoalcos, impuso a su hermano Roberto como presidente municipal de Puente Nacional. Llegó bajo las siglas del PVEM en alianza con Morena.

Las derrotas del PRI, de 2018 a la fecha, despiden tufo a traición. Son los priistas quienes votaron a favor de Cuitláhuac García hasta alcanzar un millón 600 mil sufragios. Fueron los priistas leales quienes le dieron sólo 350 mil votos a Pepe Yunes, entonces candidato al gobierno de Veracruz.

El prestigio de Pepe Yunes Zorrilla no está a discusión. Ni el del alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos. Fuera de ellos, no hay figuras en el priismo para la sucesión en 2024. Sus cifras hablan. Sus resultados los avalan. Pero el punto no son ellos sino el descrédito del PRI.

Hay una discusión bizantina por la conformación del bloque opositor. Que si le entra Movimiento Ciudadano, que si el pastel se lo comen Pepe Yunes y José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, amigo de Dante Delgado, dueño de MC.

O que el panista Julen Rementería tendrá que dejar pasar a Patricia Lobeira Rodríguez, alcaldesa de Veracruz puerto y esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez. O al revés.

O que Héctor Yunes Landa —“Javier Duarte es mi jefe político”— se tira una nueva chamarra mental aspirando a la diputación local, porque vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

O que si Dante Delgado volverá a olvidar —ya lo hizo en 2018— cuando Miguel Ángel Yunes Linares lo encarceló y no tuvo piedad cuando le negó el derecho a salir a sepultar a su papá.

El dilema no es el bloque sino cuánto lastre traen. El PAN está partido en dos, el de los Yunes azules, que sólo pintan en la zona Veracruz-Boca del Río, y el de Julen, el Chapito Guzmán Avilés, Víctor Serralde y otros que odian a Chiquiyunes y a Fernando Yunes Márquez, el de la Torre Centro y otros negocios más.

O saber si suma o resta el Partido de la Revolución Democrática que no necesita estar dividido porque de hecho no existe, y si le obsesiona postular y adorar candidatos que provengan del PAN.

O Movimiento Ciudadano que se nutre de priistas, caso Coatzacoalcos, cuyo regidor, Luis Gutiérrez González, es un súbdito del alcalde de Morena, Amado Cruz Malpica, y todo le vota a favor.

Pero nada como el PRI. Es ejemplo de corrupción y traición. Ver al PRI es ver el rostro de Javier Duarte, Alito Moreno, Fidel Herrera, Arturo Bermúdez, Cisne Silva, Salvador Manzur, Tarek Abdala, Gabriel Deantes y otros que siete años después aún saltan de juzgado en juzgado por las denuncias que enfrentan.

Políticamente el PRI no vende. Su marca es el saqueo a las arcas públicas. Su marca es el robo. Su marca con las fortunas malhabidas, el desprecio a los pobres, el hundimiento de Veracruz. El PRI es el fraude electoral y el fraude a la ley. Su corazón ya no late. Está en fase terminal. 

Ese bulto trae a cuestas Pepe Yunes. Y por más que lo maquille, y por más que lo oferte, y por más que lo imagine como una nueva versión, el PRI sigue apestando a PRI.

Y es el muerto que Pepe Yunes tiene que cargar.

Archivo muerto

42 atrocidades son, quiérase o no, un escenario violento. Es el Veracruz real, el Veracruz de sangre. En 59 días, entre enero y febrero, se registraron 42 atrocidades, término dado por la organización Causa en Común, de María Elena Morera. A detalle, el recuento identifica siete asesinatos con violencia, cinco masacres —muerte violenta de tres o más personas en un evento—, y nueve feminicidios con extrema violencia. Causa en Común señala que en ese lapso ocurrieron ocho asesinatos en Poza Rica, un menor de 11 años victimado en Río Blanco, y otro evento brutal registrado en las Cañadas, cerca del aeropuerto Heriberto Jara, de Veracruz puerto, con saldo de seis víctimas, cuatro adultos y dos menores, familiares y amigo del polémico Fernando “Pino” Pérez Vega, obradorista, ex candidato a la alcaldía de Coxquihui. Veracruz es el sexto estado más violento de México.

Lo superan Chiapas, con 273 casos; Chihuahua, 134; Nuevo León, 122; Guanajuato, 117, y Guerrero, 92. La medición se realizó a partir de la información difundida en medios de comunicación, más real que la que proporcionan las fiscalías y policías del país, que suelen maquillar la estadística de sangre.  Son los datos duros, no los otros datos con los que el desgobernador Cuitláhuac García Jiménez intenta enmascarar el desastre violento en que está inmerso Veracruz… En 2018, Daniel Hernández León ya operaba para Morena.

Entró a la huasteca cuando nadie lo quería hacer. Estableció contactos, reactivó relaciones, buscó y halló a las estructuras magisteriales con las que se hablaba de tú. Y lo tradujo en votos. Era una elección clave. Andrés Manuel competía por la Presidencia de México, Rocío Nahle García y Ricardo Ahued Bardahuil por la Senaduría, Cuitláhuac García Jiménez por el gobierno de Veracruz. Amigo de Héctor Yunes Landa, con cuya generación priista se formó, nada tuvo que ver y nada lo ligó a los Yunes azules.

Pasó por la Dirección del Colegio de Bachilleres de Veracruz y ahí tuvo el contacto con las bases magisteriales que se convirtieron en motor del voto. Hoy es director de Transparencia en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y en unos días más, director de Comunicación Social, el monstruo al que le comen las entrañas los que se supone son amigos del alcalde Amado Cruz Malpica… Que el rezago siga y los empleados del Poder Judicial descansen. Que se acumulen los expedientes y se postergue la justicia. Que reine la ausencia y se deje en la indefensión a las víctimas. Por la Expo Feria de Coatzacoalcos, el personal del Poder Judicial de Veracruz gozará de dos días de asueto. Así lo indica la circular No. 10, suscrita por el Consejo de la Judicatura, donde reina Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, otro de los inventos del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García.

El reino de la magistrada Lisbeth es de frivolidad pura y de zonas abandonadas, como el sur. Basta con verla entre los acarreados del bienestar, el 18 de marzo en la Ciudad de México, los que entonan loas al mesiánico Andrés Manuel, al que sólo le faltó montar un burro para entrar triunfante al zócalo de la ciudad de México, como lo hicieran Salomón y Jesús en Jerusalén, según el relato bíblico. Allá andaba la magistrada presidenta como si fuera una chaira con pedigrí. Sólo faltó cargar la matraca y hacerla sonar.

Sólo le faltó prender el incienso e hincarse ante López Obrador. Lisbeth Aurelia, súbdita irredenta de la 4T, no representa un poder autónomo en Veracruz, pues buena parte de lo que dirime en los tribunales procede de las vendettas e inquinas del primer círculo del gobernador Cuitláhuac García. Qué de extraño tendría entonces que que ante un evento rascuache, como es la Expo Feria Coatzacoalcos, les conceda a los empleados dos días de asueto, el 31 de marzo y el 3 de abril. La justicia, como de que no, puede esperar. Primero el placer y luego el deber… Un jefe policíaco en Chinameca, Tolín Reyes Bonilla, líderaba una banda de secuestradores. Y cuatro policías municipales de Coatzacoalcos usaban sus días francos para asaltar ciudadanos.

A Tolín lo pescaron en plena faena, la noche del 5 de marzo, en San Juan Evangelista cuando trasladaba a un adulto y un joven a los que plagió. Una patrulla de la policía de Chinameca escoltaba la unidad donde se halaban los plagiados. No intuyeron que la Marina los seguía desde que transitaban por el municipio de Acayucan. Al llegar a Mecayapan hubo un enfrentamiento en el que murió el joven secuestrado y un marino fue herido. Tolín Reyes, el secuestrador, por su cargo como director de la Policía de Chinameca, participaba en las Mesas para la Construcción de la Paz donde tuvo acceso a información de alta seguridad, acciones y operativos. O sea, el diablo halconeando en el reino de la verdad.

El alcalde Ramiro Alemán Valencia ya había sido advertido que su director de policía andaba chueco, pero nada hizo. Tolín Reyes y otros jefes policíacos operan en ayuntamientos gobernados por Morena. Dos semanas después, el 19 de marzo, cuatro policías municipales de Coatzacoalcos fueron aprehendidos. A julio César “N”, apodado “El Roki”; José María N, alias “Chema”, Emmanuel de Jesús “N”, con el mote de “El Chagala” y José Enrique N, alias “El Gallo” los sorprendieron asaltando transeúntes mientras se hallaban francos.

Ser policías era sólo una fachada. Su negocio —jugoso negocio— era operar como una banda delincuencial. Son la escoria policíaca, la que tiene a su cargo la seguridad, la que está en manos del contralmirante de Marina, Luis Enrique Barrios Ríos, señalado por la desaparición de 30 jóvenes durante el operativo Coatzacoalcos Seguro, un episodio negro del gobierno de Javier Duarte de Ochoa. Es la Policía Municipal de la que con tanto orgullo habla el alcalde Amado Cruz Malpica. Es la Policía Municipal de Coatzacoalcos, la que en los hechos le compite tú a tú al crimen organizado. Pero dice el gobernador Cuitláhuac García que Veracruz es ejemplo nacional de cómo se abate la inseguridad. Sírvanle la otra…

 

Si Dos Bocas se inunda, Rocío Nahle naufraga. Si Cuitláhuac reprime, y Bola 8 amenaza, y Cazarín roba, y Amado duerme, y Eusebia escandaliza, y su feudo político se destroza, Nahle se desploma. Y en las encuestas se le ve reventar.

Cada que llueve, la secretaria de Energía flota sobre un barril de petróleo, viendo los accesos a la refinería anegados, recordando que ahí, entre el lodo tabasqueño, se tejieron los negocios que alcanzaron al socio del compadre Quintanilla y a los amigos del esposo de Nahle, el célebre Pepe Peña Peña, el PPP.

Dos Bocas es un fiasco, un proyecto inaugurado e inacabado, por más que la zacatecana diga, jure, se ufane y hasta delire que la refinería le está quedando hermosa, como si los fierros de la industria tuvieran estética y los olores de los solventes fueran fragancia a rosas de jardín.

Nahle es una actriz, no del nivel de la Jones que se nos acaba de ir, ni con el talento de la Guilmain, pero sí buena para el “chow”, para calzar botas y ceñirse el casco de petrolera, aunque de hecho nunca laboró en Pemex, y así subir a tribuna cuando fue diputada federal por Coatzacoalcos, a lanzar berridos contra la reforma estructural del transa Peña Nieto.

Hoy sigue actuando. Las de la farándula política son así, de corrida larga. No hay día que en Instagram no muestre los avances de la refinería que debió entregar el 1 de julio de 2022, hace ya nueve meses, y tenga la desfachatez de proclamar que ya merito está.

Exalta la refinería como si no hubiera un catálogo de historias sórdidas detrás, como si su brazo derecho, el tal Leonardo Cornejo Serrano y un subalterno, José Aarón Marrufo Ruiz, no tuvieran señalamientos de corrupción, no hubieran sido cercanos a Emilio Lozoya, hoy el prisión, y no fueran los que más trato tuvieron con la nada limpia Odebrecht.

Exalta la refinería Olmeca como si ahí, en Dos Bocas, Tabasco, no lloviera y aquello no se volviera una alberca y porque sólo a ella se le pudo ocurrir que en el lodo de Paraíso se puede flotar.

Y exalta su bodrio de energía sucia como si el primer contrato, referente al tratamiento del suelo, no se le hubiere dado a los chicos de Huerta Madre, entre ellos Juan Carlos Fong Cortés, ligadísimo a Pepe Peña, el príncipe consorte, por razones que Rocío Nahle conoce a la perfección.

Fong es, por supuesto, la pieza clave de ajedrez. Es el que tiene en su haber pujas bancarias ayudando a ganar a Arturo Quintanilla Hayek, primo de Salma y compadre de Rocío Nahle.

La alberca de Dos Bocas pasa, ineludiblemente por la empresa Construcciones y Reparaciones del Sur, de Juan Carlos Fong, parte de Grupo Huerta Madre, constituido ocho días antes, cuyo contrato fue tasado en 5 mil millones de pesos. O sea que el primer misil de dinero paró en el clan Nahle-Quintanilla-Fong.

Otro contrato lo lleva un amigo de Pepe Peña de Nahle, el ex secretario de Obras Públicas en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, Leopoldo Suárez Fernández, vía la empresa LM VAGA Construcciones, S.A. de C.V., en la que Luis Mario Vadillo García funge como careta.

Hay evidencia de que el operador de la compañía es el tal Polo Suárez, y el contrato fue por mil millones de pesos. El clan Nahle come cortes finos, no pellejos.

Y así otros amigos de Nahle, desde constructores hasta transportistas, desde profesionistas hasta los de la mafia petroquímica. El animal es tan grande que entre muchos lo tienen que destazar.

Antes de la inauguración ficticia, el 1 de julio de 2022, Dos Bocas ya se inundaba. Y hoy se sigue inundando. En nueve meses, la ingeniero Rocío Nahle no lo ha podido arreglar.

Le quedan tres meses, plazo que le dio López Obrador. El próximo 1 de julio la alberca de Dos Bocas debe producir el primer litro de gasolina. Y para noviembre, como Rocío Nahle prometió, estará “a su máxima capacidad”. Y máxima capacidad significa 340 mil barriles de petróleo. Ajá.

En Dos Bocas se cifra su esperanza de vida política. Sin refinería no gobernará Veracruz.

Y con el desastre de Morena en Veracruz, la carcacha ya comienza a cascabelear.

Su banda política es netamente DE-LIN-CUEN-CIAL. El líder es Cuitláhuac García Jiménez, quien cobra por desgobernar Veracruz, y por vivir emperrado contra sus enemigos políticos, atestando las cárceles con presos políticos, usando el aparato judicial como mazo para sembrar el terror.

Le ayuda Eric Cisneros Burgos, alias Bola 8 o Boa 8, secretario de Gobierno, señalado en reportes del Ejército como protector de narcos. Es un bribón que no para de amenazar.
En el Congreso de Veracruz el sátrapa es Juan Javier Gómez Cazarín. El operador estrella de Rocío Nahle, aspirante a secretario de Gobierno, aterroriza alcaldes, los persigue, impone despachos contables en los ayuntamientos para realizar auditorías externas — BC Contadores y Consultores obtuvo un contrato sin licitación en Coatzacoalcos por 3.5 millones de pesos— y se le va encima al Órgano de Fiscalización Superior por observar pagos irregulares a las empresas que le son afines.

Y en Coatzacoalcos el alcalde Amado Cruz Malpica no despierta. 2022 fue un año perdido, sin grandes proyectos, con obra de remendón, mientras la inseguridad crece, los policías municipales delinquen y los negocios de los morenistas, priistas, ex perredistas florecen gracias a la Cuarta Putrefacción.

Y la diputada local Eusebia Cortés, hechura de Rocío Nahle, no tiene idea de qué aportarle al Corredor Interocéanico, le pone más atención a sus recetas de lavado de ropa con pachuli, y se enreda en escándalos de migrantes africanos sorprendidos en el hotel de la familia de asesora favorita.

Y así la Medel en Minatitlán con su huelga municipal de 69 días, y las transas de la familia de la alcaldesa de Nanchital, Esmeralda Mora, también comadre de Rocío Nahle.

El coto de poder de la secretaria de Energía, el feudo de la zacatecana, en el total naufragio.

Con esas transas, con Dos Bocas hecho un caos, con esos amigos delincuentes en el gobierno, las encuestas ya prenden alarmas. Nahle no avanza. Y en algunas ya ni pinta.

Rubrum, en su medición al 13 de marzo, omite el nombre de la secretaria de Energía entre los aspirantes de Morena. El mejor posicionado es el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, con 23.1 por ciento de intención de voto.

Le siguen el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, alias Gutierritos, con 17.5; Eric Cisneros, 13.1 (a los de Morena les gustan los hampones); el delegado de Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, 11.3; la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Cecilia Guevara, 9.2, y en el fondo de la tabla el secretario nudista de Educación, Zenyazen Escobar García, 4.5 por ciento.

En la gráfica hay un espacio sin nombre, presuntamente el de Rocío Nahle. El 23 de febrero habría tenido 28.5 por ciento, pero ya no es mencionada. Un mes antes, el 30 de enero, registraba 29.5.

Los mejores números de Rocío Nahle fueron el 16 de septiembre y 13 de octubre de 2022 cuando superaba los 35 puntos.

El desplome de Nahle es dramático. La impacta el fiasco de Dos Bocas y la anulación de la Ley Nahle con el que pretendía ser considerada veracruzana modificando la Constitución de Veracruz, otorgando esa condición a los no nacidos en el territorio pero teniendo hijo jarochos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación la mandó al diablo.

Ricardo Ahued dice una y otra vez que no lo involucren en la sucesión. Así decía de la alcaldía de Xalapa. No quería pero Morena sí lo requería. Al final contendió y evitó que se perdiera la capital.

En tres meses se definirá la suerte de Nahle. Si la alberca de Dos Bocas produce gasolina, se afianzará en la candidatura. Si no, ya pensará cómo amainar la furia de Andrés Manuel.

Y ni un alux o un chaneque la podrá salvar.

Archivo muerto

Un priista pro narco, Manuel Añorve, lidera al PRI en el Senado. Con un cuartelazo depone a Miguel Ángel Osorio Chong evidenciando que el tricolor es un bodrio que no le sirve a la oposición. Añorve, protegido de Manlio Fabio Beltrones Rivera, alias “Don Beltrone”, es el célebre malandro que siendo alcalde de Acapulco dejó pasar al crimen organizado y aquello se convirtió en un festín de sangre, levantones, secuestro y extorsión, iniciando la debacle del célebre puerto turístico que tanta gloria le dio a México.

Añorve llega al liderazgo del Senado impulsado por el sátrapa Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, intentando así anular las impugnaciones al acuerdo del Consejo Político Nacional con que Alito Malito extendería su gestión por un año más, para tener facultades para suscribir o no alianza con el PAN y PRD para contender por la Presidencia de México y meterle mano a las candidaturas en todo el país. Ocho de los 12 senadores priistas se prestaron a la treta, incluida Silvana, hija de Don Beltrone, y Beatriz Paredes Rangel, que pronto mostró que sus proclamas de legalidad y democracia son sólo cuentos para marear.

Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu Salinas, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila analizan dejar la fracción parlamentaria priista, integrarse a otro grupo parlamentario, posiblemente Movimiento Ciudadano, y convertir al PRI en cuarta fuerza política en el Senado. Eso es el PRI, un muerto que todavía no sabe que está muerto. Ese PRI, el de Alito Malito, Beltrones y Añorve, no le sirve a México. Y todo porque Alito Moreno sigue al pie de la letra la instrucción obradorista para reventar a Va por México, la alianza PRI-PAN-PRD… Con las esposas en las manos, Florencio Hernández pasó de juez a reclusoLe ejecutaron una orden de aprehensión, el jueves 23, a las puertas del Poder Judicial de Veracruz, en Xalapa.

Se le acusa de recibir dinero para liberar a 70 reos, procesados por delitos como homicidio doloso y secuestro, así como pederastia, a lo largo de siete meses. Había acudido a una cita ante el Consejo de la Judicatura relativa a su suspensión, que data ya de un año. Era juez de control en el Juzgado de Proceso en Coatzacoalcos. En el Poder Judicial de Veracruz tienen en la mira a varios juzgadores más. Que ponga sus barbas a remojar el juez Mario Vivanco Gastélum, no porque sea del clan de los cohechados sino por el caso que en los próximos días tendrá que resolver. Le toca determinar si vincula a proceso a Alejandro “N”, notario público asentado en Chinameca, acusado de violencia intrafamiliar en agravio de su ex pareja, de amenazas y de intentar lanzarla desde un balcón.

Un auténtico infierno el que vivió su ex. Una vida de perros desde que residían en Canadá, continuando los desfogues emocionales en la Ciudad de México y rematándolos en Coatzacoalcos. Así lo describe la víctima en su denuncia penal. La respuesta del notario fue tan infame como estúpida. Alejandro “N” le imputó a su ex, robo de un anillo y de su patente notarial, que supuestamente tenía en casa pero que debía estar en su oficina de trabajo como señala la Ley del Notariado. Vivanco tiene una papa que arde entre las manos. Ante el cúmulo de evidencias, no hay cómo evitar la vinculación. Pero si actúa a favor del notario golpeador, se armará la grande. Ya vio cómo terminó Florencio Hernández, quien creía que la impunidad era eterna… 

Un Oscar para Rocío Nahle por la ocurrencia del año. Anda fraguando concederle a su mozo de estoques, Miguel Pintos Guillén, la candidatura de Morena a la diputación federal por Coatzacoalcos. Ha de tener amnesia. Seguro olvidó que Miguel Pintos, siendo secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos, estuvo implicado en el escándalo del acta de cabildo falsa, usada para conculcarle a Ember Ballinas García su derecho a mantener las dos canchas de pasto sintético en la Unidad Deportiva Miguel Hidalgo, a fin de erigir ahí el Parque Ecológico construido por Petróleos Mexicanos con fondos del Programa de Apoyo a Comunidad y Medio Ambiente, durante el ayuntamiento morenista de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, alias “El Comediante Supremo”, otro tamal de la señora Nahle.

Ember esgrimió todo el tiempo que su concesión se acreditaba con el acta emitida por el cabildo de Coatzacoalcos en tiempos de Joaquín Caballero Rosiñol, de la cual dio constancia y certificó el Congreso de Veracruz. Pero como se trataba de atropellar sus derechos, Miguel Pintos presentó un acta falsa para consumar el atraco. Y ahora la secretaria de Energía lo trae en mente para contender por la diputación federal en el distrito de Coatzacoalcos. Se le extravió la moral a Rocío…